La resistencia a los antibióticos ha sido un problema que ha acompañado a la medicina desde la incorporación de estos en la práctica clínica, sobre esto se ha escrito y publicado infinidad de artículos. El análisis de dos poemas de Pablo Neruda “Y cuánto vive” y “Laringe” incluido en el volumen Estravagario (1958) nos dan una increíble revelación  sobre la incorporación de este concepto en escritos publicados entre los años 1957 y 1958. Se destaca la incorporación como figura poética la aureomicina, el primer antibiótico  de la familia de las tetraciclinas, y la descripción del proceso de la acción terapéutica de los antibióticos: “nunca murió tanto microbio,  /  toneladas de ellos caían,  /  pero los pocos que quedaron  /  se manifestaban perversos”. Se analiza la incorporación  de términos novedosos incluso para el ámbito médico de la época, y la descripción de la percepción de la cercanía de la muerte que puede sentir un paciente al enfrentarse a las condiciones y el ambiente médico, por el padecimiento de alguna enfermedad. Se destaca capacidad de Neruda para extraer la esencia de las  cosas y, en este caso, probablemente para anticiparse condiciones que solo años después la medicina consideró como un problema de relevancia clínica y de Salud Publica.