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dc.contributores-ES
dc.creatorMiranda, Marcelo; Departamento Neurología. Clínica Las Condes. Santiago. Chile
dc.date2013-03-14
dc.date.accessioned2019-11-11T18:28:17Z
dc.date.available2019-11-11T18:28:17Z
dc.identifierhttp://www.revistamedicadechile.cl/ojs/index.php/rmedica/article/view/2685
dc.identifier.urihttps://revistaschilenas.uchile.cl/handle/2250/111515
dc.description    El síndrome de   piernas inquietas  (SPI)   se caracteriza  por la imperiosa  necesidad de   mover las  extremidades  al estar en reposo   y ocurre de preferencia  en la noche(1). Es uno de los cuadros más frecuentes  en Medicina  y puede  afectar considerablemente la calidad  de   vida  de los  pacientes al impedir un sueño normal; una población  muy susceptible son los pacientes   nefrópatas   en diálisis (2). En la   fisiopatología de SPI es importante  la presencia de una  hipofunción dopaminérgica pero   no debida a un proceso degenerativo como en la enfermedad de Parkinson, sino  probablemente  por una  falla  en la incorporación intraneuronal  de hierro  que es necesario para  una adecuada síntesis de dopamina (3). Los  fármacos de acción dopaminérgica  como  levodopa y los agonistas  como pramipexole y  ropinerole  son muy eficaces   en el control de los síntomas del SPI. Sin embargo,  entre  un 30 a 70 % de los pacientes   desarrollan una  exacerbación del SPI  al cabo de  1 a 3  años  de  terapia  eficaz.  Las  manifestaciones   no ocurren ya sólo en piernas  sino también  en brazos   y tronco. Los síntomas   aparecen también en el  día y son más intensos,  con una menor  respuesta  al  tratamiento habitual. El  aumento de la dosis  sólo empeorará  el problema, por el contrario  es característico que haya  alivio al suspender dosis (4).  Este   último hecho permite  diferenciar  que   no se trate  de la progresión natural de la  severidad del SPI, ya que si así fuera empeoraría aún más la sintomatología sin las dosis necesarias. Esta complicación, llamada potenciación (4),  no tiene aclarada su fisiopatología, pero  factores que influyen en su desarrollo son la presencia de una ferritina   baja (< 50 mg/dl), uso de dopaminérgicos en dosis  altas,  y la   vida  media  más   corta de la mayoría  de estos  fàrmacos. El  manejo   consiste  en  suspensión de los  fármacos dopaminérgicos en uso,  cambio  por  otro agonista,  el uso de  opioides  o  pregabalina y   corregir la  deficiencia de hierro (4).es-ES
dc.formatapplication/pdf
dc.languagespa
dc.publisherRevista Médica de Chilees-ES
dc.relationhttp://www.revistamedicadechile.cl/ojs/index.php/rmedica/article/view/2685/90
dc.relationhttp://www.revistamedicadechile.cl/ojs/index.php/rmedica/article/downloadSuppFile/2685/8869
dc.relationhttp://www.revistamedicadechile.cl/ojs/index.php/rmedica/article/downloadSuppFile/2685/8870
dc.relationhttp://www.revistamedicadechile.cl/ojs/index.php/rmedica/article/downloadSuppFile/2685/8871
dc.sourceRevista Médica de Chile; Vol. 141, núm. 3 (2013): MARZO 2013es-ES
dc.source0034-9887
dc.subjectes-ES
dc.titleRotigotine transdérmico en el manejo del síndrome de piernas inquietas en pacientes con potenciación de los sintomas debido a la terapia dopaminérgica.es-ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/publishedVersion
dc.typees-ES


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