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dc.contributores-ES
dc.creatorReyes, Humberto; Revista Medica de Chile
dc.date2012-09-27
dc.date.accessioned2019-11-11T18:28:22Z
dc.date.available2019-11-11T18:28:22Z
dc.identifierhttp://www.revistamedicadechile.cl/ojs/index.php/rmedica/article/view/2495
dc.identifier.urihttps://revistaschilenas.uchile.cl/handle/2250/111575
dc.description1.- La contaminación atmosférica de Santiago representa un serio problema de salud pública que afecta masivamente a la población. Esto ha venido siendo denunciado por la comunidad médica  nacional desde hace más de cincuenta años. En efecto, en 1958, el Presidente de la Comisión de Investigaciones sobre Contaminaciones Atmosféricas de EE.UU. advirtió a los especialistas chilenos que Santiago estaba ya más contaminado que Nueva York, Filadelfia y otras ciudades americanas de mayor tamaño y grado de industrialización y,  en 1969 se publicaron los primeros estudios nacionales sobre este tema (Romero H.  Bol Academia de Medicina 1969;  Oyanguren H y cols Rev Méd Chile 1972 y 1979).  El daño que producen los contaminantes atmosféricos, sean material particulado o gases tóxicos, no se limita a los pulmones que son su puerta de entrada, sino que compromete a todo el organismo.   2.- Las condiciones geográficas y meteorológicas de Santiago dificultan el recambio de su aire y favorecen la acumulación de contaminantes en su atmósfera. La progresiva expansión de la ciudad tiende a agravar el problema. Pero, además de Santiago, ya han sido declaradas zonas  saturadas las ciudades de Tocopilla,  Puchuncaví-Ventanas, Rancagua, Talca, Temuco y Osorno y, si hubiera mediciones suficientes, lo estarían Curicó, Chillán, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique.        3.- Como no es factible modificar las condiciones topográficas y climatológicas  de las ciudades, a fin de controlar el nivel de contaminación sólo cabe disminuir las emisiones de contaminantes, sean sus fuentes  móviles o fijas. Esto requiere de investigaciones específicas que precisen cuáles son los principales contaminantes y sus fuentes de emisión en cada ciudad   4.- Santiago está expuesto casi permanentemente a niveles  elevados de polución aérea, constituida en otoño e invierno predominantemente por material particulado (PM10 y PM2,5), el que sistemáticamente excede la norma y es responsable de episodios críticos de contaminación. En tanto que, en primavera y verano aumenta la concentración de oxidantes fotoquímicos  como el ozono, que sobrepasa frecuentemente las normas nacionales vigentes  sobre la calidad del aire. Otros contaminantes que se elevan en el aire de Santiago son los hidrocarburos aromáticos policíclicos como componentes del material particulado y otros gases tóxicos como el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno, sales y metales.  En otros lugares, especialmente en  las zonas mineras e industriales hay aumento de partículas y de anhídrido sulfuroso.   5.- La red de monitoreo de la calidad del aire de Santiago y los periódicos inventarios de emisión  han  sido un importante avance en la cuantificación del problema e identificación de las principales fuentes de emisión. Sin embargo, es necesario perfeccionar esta red, extendiéndola y agregando la medición de  otros contaminantes como los hidrocarburos aromáticos policíclicos,  los metales y el  ruido.es-ES
dc.languagees
dc.publisherRevista Médica de Chilees-ES
dc.relationhttp://www.revistamedicadechile.cl/ojs/index.php/rmedica/article/downloadSuppFile/2495/7892
dc.sourceRevista Médica de Chile; Vol. 140, núm. 10 (2012): OCTUBRE 2012es-ES
dc.source0034-9887
dc.subjectes-ES
dc.titleDeclaración de la Academia Chilena de Medicina sobre la contaminación atmosférica de Santiagoes-ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/publishedVersion
dc.typees-ES


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