By giving universal recognition to cultural diversity, Javier Pérez de Cuellar invalidated with all his authority a hierarchical notion of development. That revolution was of the first magnitude. Suddenly, he overturned the hitherto vertical and uneven scale of cultures to make it horizontal and egalitarian. This setback raises, however, two problems for those who are concerned with reformulating development policies in Latin America. How to attempt to mobilize the creative cultural resource found in each of the target populations of these policies, without falling back on a "Culturalism" that would give "favorable points" to some and negative to others? And how could this positive recognition of cultural diversity be reconciled with the parallel phenomenon of brutal cultural change brought about by the globalization of reference models?Al darle un reconocimiento universal a la diversidad cultural, Javier Pérez de Cuellar invalidó con toda su autoridad una noción jerárquica del desarrollo. Esa revolución fue de primera magnitud. De pronto, echó por tierra la escala hasta entonces vertical y desigual de las culturas para volverla horizontal e igualitaria. Ese trastrueque plantea, sin embargo, dos problemas a aquellos que se preocupan por reformular las políticas de desarrollo en América Latina ¿Cómo pretender movilizar el recurso cultural creador que se encuentra en cada una de las poblaciones-objetivo de estas políticas, sin recaer en un “culturalismo” que otorgaría “puntos favorables” a algunas y negativos a otras? ¿Y cómo podría luego conciliarse ese reconocimiento positivo de la diversidad cultural con el fenómeno paralelo de cambio cultural brutal que trajo la globalización de los modelos de referencia?