In the late 1970s, China began a sustained process of economic reforms aimed at expanding the space for private property and market. This process has been accompanied by high and permanent rates of economic growth, in such a way that the transition "from socialism to capitalism" has achieved the success that is not recorded in other cases. In addition, China accepts the challenge of globalization by inserting itself into it through the production of exportable goods linked to the most dynamic part of world demand. In this way, the Chinese economy has become a formidable export machine for industrial goods. But it has also become a "devourer" of raw materials, energy and foreign investment, thereby affecting the ongoing globalization process. Thus, in a quarter of a century China has become a relevant actor in this process.A fines de la década de los setenta, China inicia un sostenido proceso de reformas económicas encaminadas a ampliar el espacio de la propiedad privada y el mercado. Dicho proceso ha sido acompañado de elevadas y permanentes tasas de crecimiento económico, de tal suerte que la transición “del socialismo al capitalismo” ha logrado el éxito que no se registra en otros casos. Además, China acepta el desafío de la globalización insertándose en ella a través de la producción de bienes exportables vinculados a la parte de la demanda mundial más dinámica. De este modo, la economía china se ha transformado en una formidable máquina exportadora de bienes industriales. Pero también se ha transformado en “devoradora” de materias primas, energía e inversión extranjera, con lo cual incide en el proceso de globalización en curso. Así, en un cuarto de siglo China ha pasado a ser un actor relevante de dicho proceso.