En 2010, en conmemoración del bicentenario de la independencia de Chile, el director Guillermo Calderón decidió aceptar la oferta del Festival Internacional Santiago a Mil para dirigir la obra Los que van quedando en el camino, escrita por Isidora Aguirre, originalmente estrenada en 1969. Este trabajo pretende analizar críticamente la relectura de Calderón; quien no solo decide dirigir la obra, sino que también quiere mostrar el estado de vigencia de la misma en el Chile del 2010. Para ello, decide invitar a una parte del elenco original que participó en la obra de 1969 y utiliza como escenario uno de los salones del antiguo Congreso Nacional; en un intento por fracturar la memoria a través de la presencia material de aquellos cuerpos marcados por el paso del tiempo y que pareciera la Historia oficial busca dejar atrás.