Echar raíces (1949) es quizá la obra más original y representativa del pensamiento de la filósofa francesa Simone Weil (1909-1943). En ella nos exhorta a esforzarnos en alcanzar el ideal de libertad y de justicia social, inscritos en el corazón del hombre, y nos insta en trabajar en la construcción de un mundo capaz de inspirar los más altos valores sociales. En esta obra, la joven Weil exhorta a cualquiera que ejerza o desee ejercer la autoridad, se obligue en adoptar, como regla práctica de conducta, las obligaciones para con los seres humanos, pues ella comprendió que la política -como toda actividad humana- es una acción orientada a un bien, y por ende exige de nuestra parte el mayor cuidado y de la mayor atención posible. Esta invitación ha inspirado en nosotros el deseo de escribir este artículo. Un esfuerzo de reflexión y profundización sobre los principios de autonomía, autoridad y subsidiariedad, y su simiente en el pensamiento de Simone Weil. La subsidiariedad es un principio social que conlleva el orden de las relaciones entre una autoridad, una autoridad inmediata y las personas que están a su cargo. La constituyen dos elementos que han de saberse mantener equilibradamente: la autoridad y la autonomía. Es decir, la autoridad inmediata ha de prestar sólo la ayuda que sus subalternos requieran para que, por sí mismos, lleven a cabo las tareas que les corresponden. Palabras clave: subsidiariedad, autoridad, autonomía, sociedad, cooperación y método