En principio, estos comentarios se pretendían como una discusión en torno a la ética y política de las decisiones etnográficas. Titulados de ese modo, y relevando algunos de los nudos con que nuestro invitado resuelve esa relación en su etnografía más conocida, su afán era ahondar en nuestras propias prácticas disciplinarias, ya sea en el campo o en su representación, de forma tal que En busca de respeto (Bourgois 2003), más que un cristal de crack que se fuma y del que eventualmente se puede hablar, lo fuese como espejo de lo que hacemos o hemos dejado de hacer. Atendiendo a ello, y haciendo el registro de las anotaciones que desde lo ético permitían apreciar la dimensión política de su posicionamiento investigativo, la magnitud y alcances de su etnografía la fueron señalando como una empresa, si bien plausible en nuestros horizontes, atractiva al punto de la novedad e incluso la sorpresa. Desde entonces son lo que son, una pregunta por el lugar de la etnografía en nuestra antropología...