Forestry enrollment in North America reached peak levels of the 1970’s, and colleges expanded their programs to fill a perceived need. Then numbers of college-age young people began to decline in the 80’s, as has an interest in forestry, leaving unfilled capacity in forestry colleges across the United States. Environmental science, biology, and policy studies seem more attractive to young people today. Yet broadening forestry curricula into natural resources management programs incorporating these fields of study, and substituting more policy and social sciences for some traditional forestry courses, has not reversed the trend. Neither has an easing of the requirements for graduation. Perhaps the slide in forestry school enrollment mirrors the declining reputation of forestry in general. A reversal may depend on a major shift in attitudes of society about the importance of forests and the people who manage them.El ingreso a ingeniería forestal (forestería) en Norteamérica alcanzó su máximo en los 70 y las escuelas expandieron sus programas para satisfacer una necesidad percibida. Luego, el número de personas jóvenes en edad universitaria disminuyó en los 80, así como el interés en el tema forestal, dejando cupos sin llenar en escuelas forestales a través de los Estados Unidos. Las ciencias ambientales, la biología y los estudios de política parecen más atractivos para los jóvenes hoy. Sin embargo, la apertura de currícula forestales hacia programas en manejo de recursos naturales que incorporan las áreas de estudio mencionadas, y que sustituyen algunos cursos de forestería tradicional por cursos de política y ciencias sociales, no han logrado revertir la tendencia. Probablemente la caída en los ingresos a escuelas forestales refleja la decreciente reputación de la profesión forestal en general. Una reversión de esta tendencia puede depender de un cambio mayor en las actitudes de la sociedad en relación a la importancia de los bosques y de la gente que los maneja.