One way to know the state of the relationship between a society and space is by examining its ownership rights. From them, the network of relationships and hierarchies between social groups, as well as the role they give to the environment in which they operate, can be accessed. This article proposes a critical review of this relationship, one in which the individual and anthropic character of the ownership has not been questioned. Based on semi- structured interviews and literature review, it is suggested that the demands of sectors usually affected by this form of social relationship seek to guarantee their right to use resources under market paradigms. Thus, it is interesting that the new institutional arrangements that allow their integration replicates the same effects of dispossession and exclusion. In this way, corrective measures reinforce the individual and anthropic character of ownership, which gains a basal legitimacy. As a result, the allocation of rights, the definition of priority groups and political decisions are faced with increasingly fragmented action, extending exclusion to increasingly marginalized groups, as well as risking the availability of the resources thus distributed.Una manera de conocer el estado de la relación entre una sociedad y el espacio es mediante el examen de sus derechos de propiedad. Desde ellos se accede al entramado de relaciones y jerarquías entre grupos sociales, así como al rol que le otorgan al medio en el que se desenvuelven. En este artículo se propone una revisión crítica de dicha relación, una en la que el carácter individual y antrópico de la propiedad no ha sido cuestionado. Con base en entrevistas semiestructuradas y revisión bibliográfica se plantea que las demandas de sectores usualmente perjudicados por esta forma de relación social buscan que se les garantice el derecho a usufructuar recursos bajo paradigmas de mercado. Así, es interesante que los nuevos arreglos institucionales que permiten su integración replican los mismos efectos de desposesión y exclusión. De este modo, las medidas de corrección refuerzan el carácter individual y antrópico de la propiedad que ganan una legitimidad basal. En consecuencia, la asignación de derechos, la definición de grupos prioritarios y las decisiones de carácter político se enfrentan a una acción cada vez más fragmentada, extendiendo la exclusión a grupos cada vez más marginados, además de arriesgar la disponibilidad de los recursos así distribuidos.