El presente artículo analiza los censos de los indígenas en Chile entre los años 1570 y1750. Producto de las ordenanzas del licenciado Hernando de Santillán, se dispuso, a partir de 1558, que las comunidades indígenas recibieran los sesmos del oro que les correspondían en la explotación de minerales. La acumulación de capital por parte de estas comunidades provocó que, en el último tercio del siglo XVI, las autoridades encargadas de velar por estos bienes accedieran a poner estos capitales en préstamos, celebrando contratos de censo. El texto concluye que hacia finales del siglo XVII más de una cuarta parte del capital invertido se había perdido gracias a la deficiente administración de quienes debían manejar la Caja de Censos. Finalmente, la cobranza de estos préstamos apenas alcanzaba a cubrir el pago del sínodo y de los funcionarios. El artículo incluye como anexo los documentos utilizados en la investigación entre los que se encuentra los censos de Copiapó y Coquimbo del año 1678, los salarios con cargo a la Caja de Censos fijados en 1680, la Real Cédula dirigida al Obispo de Santiago de Chile en 1676, entre otros.