Este ensayo reflexiona sobre el hábito y el habitar del hombre en el momento de su fin, de su finalización, pero que es también el momento de su aparición monstruosa, de su comienzo a un comienzo sin fin y sin telos, no presente, como experiencia que lleva al pensamiento al límite del no-saber ¿Dónde estamos cuando nacemos? ¿Dónde estamos cuando pensamos? Son las dos preguntas que resuenan aquí en torno a la cuestión del habitar en el fin del hombre. En la constelación de pensadores contemporáneos como Michel Foucault, George Bataille y Jean-Luc Nancy, el ensayo explora en la relación entre el concepto de hábito en Gilles Deleuze y la imagen de danza que Pascal Quignard vincula a la e-moción del nacimiento. Si el hábito se refiere en Deleuze a un modo de habitar el mundo mientras que el nacimiento se refiere en Quignard a un no-lugar, entonces la cuestión que se nos plantea es la de la relación entre vida y hábito.This essay thinks on the habit and the dwelling of man in the moment of his end, of his completion, but which is also the moment of his monstrous appearance, of his beginning to a beginning without end and without telos, not present, as experience that takes thought to the limit of non-knowledge. Where are we when we are born? Where are we when we think? These are the two questions that resonate here around the question of inhabiting the end of man. In the constellation of contemporary thinkers such as Michel Foucault, George Bataille and Jean-Luc Nancy, the essay explores the relationship between the concept of habit in Gilles Deleuze and the dance image that Pascal Quignard links to the e-motion of birth. If the habit in Deleuze refers to a way of inhabiting the world while the birth in Quignard refers to a non-place, then the question before us is that of the relationship between life and habit.