Señor editor:  Sin duda la pandemia por COVID-19 ha mantenido la atención de todo el mundo dado la magnitud de la situación y las consecuencias de la misma, no obstante, resulta necesario mantenernos alerta en todos los flancos interviniendo oportunamente. Así como hace mención el Dr. Mauricio Canals (2020) en la editorial titulada “Modelos epidemiológicos y la pandemia COVID-19 en Chile”: la globalización, los cambios demográficos, ambientales y climáticos mantienen latente la aparición de enfermedades emergentes y re-emergentes, así como una progresiva expansión de las mismas en las zonas ya afectadas. Es así como previo al inicio de la pandemia por COVID-19, la afección por dengue representaba una de las enfermedades infecciosas más importantes en América Latina y el Caribe, alcanzando inclusive el máximo registro histórico en la notificacion de casos en la región y a nivel mundial durante el año 2019 (Organización Mundial de la Salud, 2020). Preocupa además en dengue la falta de medidas que impacten de forma significativa y sostenida en el tiempo, junto a la ausencia de tratamientos específicos y de vacunas efectivas, seguras, y de uso amplio, puesto que, la actual vacuna disponible solo está considerada en un subgrupo de la población ya expuesta al virus para la prevención de dengue grave.