Morfología climática y morfogénesis del Volcán Llullaillaco (Chile/Argentina)
Author
SCHRÖDER, HILMAR
SCHMIDT, DIETER
Abstract
With the help of climatic measurements at the altitude of the Volcano Llullaillaco and the age determination of the sediments and the volcanic rocks it was possible to clarify essential features of the climatic geomorphology and the development of the relief of the highest and the most exposed to radiation of the periglacial of the earth at Mt. Llullaillaco (6,739 m.). It became evident that under the climatic conditions of the Atacama an age of 41,000 years is not sufficient to initiate even the slightest sign of a development of a rectilinear slope within the Llullaillaco I volcanic rocks. The mesorelief forms which clearly
dominate the relief are wide bottom hollows at the northwestern slope. The sediments of the valleys, the periglacial forms and
the mud flows have a maximum age of 5,600 years. A variation in humidity between 2,500 and 1,600 years B.P. can be clearly
proven. After that one can observe –apart from the ongoing genesis of the periglacial– a denudation of the slopes, which leads
to an accumulation of the sediments in the valleys. Se determinaron las características esenciales de la morfología climática y del desarrollo del relieve del Volcán Llullaillaco a través de mediciones climáticas, la datación de sedimentos y de la roca volcánica en el piso alto del ambiente periglacial y más expuesto a la radiación del planeta, en el Volcán Llullaillaco (6.739 m). Se comprobó que bajo las condiciones climáticas de la Puna de Atacama, una edad de 41.000 años no es suficiente para iniciar siquiera el más débil desarrollo de una vertiente rectilínea dentro de las volcanitas de Llullaillaco I. Las formas de mesorrelieve que claramente predominan, son los fondos anchos de la vertiente noroccidental. Los sedimentos del valle, las formas periglaciales y las corrientes de barro, tienen edades máximas de 5.600 años. Una variación en la humedad entre los 2.500 y 1.600 años A.P. fue claramente probada.
A partir de esta fecha, se puede observar –además de la evolución continua del periglacial– una denudación de vertiente que permite la acumulación de los sedimentos en los valles.