Use of Tanner stages to estimate chronological age in alleged child pornography cases: a systematic review
Uso de las etapas de Tanner para estimar la edad cronológica en presuntos casos de pornografía infantil: revisión sistemática
Author
Oliván-Gonzalvo, Gonzalo
Sanchez-Quiroz, Paula Liliana
de la Parte-Serna, Alejandro Carlos
Full text
https://www.revistachilenadepediatria.cl/index.php/rchped/article/view/337410.32641/andespediatr.v92i3.3374
Abstract
The last two decades have seen an exponential growth in the distribution and availability of child pornographic material on the Internet and social networks. The medical community is involved in assisting the investigating authorities in relation to estimating the age and sexual maturity of the alleged victims.Objective: To determine the efficacy of using Tanner stages as a method for estimating chronological age in alleged child pornography cases based on published evidence.Material and Method: Systematic review study in PubMed and Scopus databases following PRISMA guidelines. Articles describing the outcome of using Tanner stages to estimate chronological age in alleged child pornography cases were identified. For screening, those written in English or Spanish published from January 1, 2000, to April 30, 2020, were considered. The following data were extracted from the articles included: type of study; material and methods used; Tanner items examined; evaluators’ characteristics; results; estimated chronological age versus real age; observer-dependent variations (bias); and conclusions.Results: Seven studies were included. Three were literature reviews and four were case studies with expert testimony and observer bias. This method is ineffective when the alleged victim, in both sexes, shows sexual maturation in Tanner stages 3-5. In stages 1-2, it may be useful to state that the victim is under 18 years old, but not to determine their chronological age.Conclusion: Scientific evidence discourages the use of Tanner stages to estimate the chronological age of the victim from images in alleged child pornography cases. Pediatricians, and other medical professionals, should avoid making a testimony that is not scientifically based. En las dos últimas décadas se ha producido un crecimiento exponencial de la distribución y disponibilidad de material pornográfico infantil en Internet y las redes sociales. La comunidad médica está involucrada con la asistencia a las autoridades investigadoras en relación con la estimación de la edad y la madurez sexual de las presuntas víctimas.Objetivo: Determinar la eficacia del uso de las etapas de Tanner como método para estimar la edad cronológica en presuntos casos de pornografía infantil basada en la evidencia publicada.Material y Método: Estudio de revisión sistemática en las bases de datos PubMed y Scopus siguiendo directrices PRISMA. Se identificaron los artículos que describen el resultado del uso de las etapas de Tanner para estimar la edad cronológica en presuntos casos de pornografía infantil. Para el cribado se consideraron los escritos en inglés o español publicados desde el 1 de enero de 2000 hasta el 30 de abril de 2020. De los artículos finalmente incluidos se extrajeron los siguientes datos: tipo de estudio; material y métodos utilizados; ítems de Tanner examinados; características de los evaluadores; resultados; edad cronológica estimada versus la edad real; variaciones dependientes del observador (sesgo); conclusiones.Resultados: Se incluyeron siete estudios. Tres eran revisiones de la literatura y cuatro estudios de casos con testimonio de expertos y sesgo de los observadores. Este método es ineficaz cuando la presunta víctima, para ambos sexos, muestra una maduración sexual en las etapas 3-5 de Tanner. En las etapas 1-2 puede ser útil para testificar que la víctima es menor de 18 años, pero no para determinar su edad cronológica.Conclusión: La evidencia científica desaconseja el uso de las etapas de Tanner para estimar la edad cronológica de la víctima a partir de imágenes en supuestos casos de pornografía infantil. Los pediatras, y otros profesionales de la medicina, deben evitar emitir un testimonio que no tenga una base científica.