Desde finales de los 1990, México aumentó sus Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas para los grupos más pobres; dando especial atención al desarrollo humano en áreas rurales. Esta investigación realizada en municipalidades indígenas del estado de Oaxaca, proporciona evidencia empírica sobre los factores que, además del diseño de las transferencias, determinan los resultados del gasto social para el desarrollo humano. Los hallazgos muestran consecuencias muy distintas en dos comunidades similares, lo que sugiere que a pesar de la inversión, si la capacidad de agencia de estas comunidades no se fortalece, los resultados no serán eficaces ni sostenibles. El trabajo aporta elementos para el debate acerca de la complejidad de reducir la pobreza en el nivel local en países menos desarrollados.