La preocupación contemporánea de sí mismo
Author
De Muck, Jean
Full text
http://ediciones.ucsh.cl/ojs/index.php/Perspectivas/article/view/116710.29344/07171714.8.1167
Abstract
El texto que presentamos a continuación pretende complementar la discusión generada por su autor en el número uno de la Revista Perspectivas, a través del artículo "Estado de Bienestar y Nuevas Formas de Ayuda Social" . Recordemos que en el documento referido, J. De Munck cuestiona las formas tradicionales de intervención estatal en relación con el sufrimiento humano y social, desplegadas en Europa desde principios de siglo hasta fines de la década del ochenta, modalidades cuyos características principales estaban dadas por sus concepciones curativas y redistributivas en la base de las cuales se distinguen, principalmente, el discurso médico y el jurídico. Dichos discursos se constituían en los referentes primordiales de una acción cuyo propósito se orientaba a rehabilitar, reintegrar y/o reparar las fisuras o desajustes sociales generados básicamente como resultado de la "inadaptación" de los sujetos. Las nuevas formas de ayuda social a las que se refiere el autor, serían prácticas sociales que funcionan bajo una lógica distinta de la descrita anteriormente. La idea de una solidaridad planificada, ejercida bajo el alero del Estado benéfico, va siendo progresivamente complementada, y en algunos casos reemplazada, por iniciativas emanadas desde la sociedad civil, al interior de las cuales encontramos heterogeneidad de fundamentos teóricos y de técnicas de intervención; no obstante caracterizar estas formas de aproximación la consideración del otro como un sujeto individualizable, activo, poseedor de un discurso sobre sí mismo y sobre su situación, cuya falta o sufrimiento no necesariamente debe o puede ser obturada ni disminuida a través del saber y de la acción de un "experto" . Así como en el pasado la idea de "curar" era la meta que debía ser alcanzada por el agente externo en relación con el afectado, escuchar y acompañar se erigen como las únicas actitudes posibles en un mundo que ha dejado de creer, según De Munck, en la infalibilidad del conocimiento científico y técnico, como garante de solución a los problemas del hombre y de la sociedad. Una de las referencias filosóficas principalmente de estos planteamientos la constituye, indudablemente, M. Foucault, autor en cuya obra y aportes profundiza J. De Munck en este segundo artículo que tenemos la ocasión de publicar. Detrás de la emergencia de estas nuevas modalidades de comprensión y de aproximación al sujeto y su sufrimiento, se encuentra los planteamientos de este "teórico de la subjetivación moderna" . La denuncia de Foucault, respecto de la unidad que existiría entre la razón formal, el saber positivo y el control panóptico, con su doble ya aparentemente contradictorio proceso de objetivación/subjetivación y su traducción operacional en dispositivos de poder y control, nos permiten visualizar, según De Munck, un sujeto que sería al mismo tiempo "condición de posibilidad y efecto del dispositivo de la vigilancia" , característico de las sociedades modernas. La hipótesis que formula De Munck sobre "una salida global del modelo positivista para las sociedades contemporáneas" y el desplazamiento del prototipo del sujeto del dominio como imagen ideal de racionalidad para dichas sociedades, es, desde nuestro punto de vista, sólo parcialmente aplicable a la realidad de nuestro continente y, en particular, a la situación país. A pesar de los cambios vividos por la sociedad chilena en los últimos veinte años, instituciones sociales tales como la Escuela, la Familia, la Prisión, siguen todavía funcionando bajo una lógica fuertemente disciplinaria, no obstante haber experimentado nuestro país profundas transformaciones económicas, con fuertes repercusiones en el plano cultural, desde donde emergen fenómenos cuya denominación es todavía compleja y difusa. Para las instituciones mencionadas, los modelos de normatividad socialmente aceptados, deseados y, además, hegemónicos, siguen siendo tremendamente homogéneos, a pesar de las cada vez más visibles expresiones de heterogeneidad cultural y valórica a que la realidad cotidiana día a día nos muestra. A pesar de ellos, creemos que los planteamientos del autor contribuyen a enriquecer la mirada sobre aquellos discursos y prácticas emergentes que postulan nuevas formas de comprensión de "lo social" y, en consecuencia, de las modalidades de intervención en este campo. La "preocupación de sí mismo" , tal como lo indica el autor, aun si se requiere de mucho trabajo filosófico para situarlo en una perspectiva que combine apropiadamente cuestiones estéticas, éticas y políticas, abre el campo a una interesante discusión, donde el menospreciado o, al contrario, excesivamente exacerbado ámbito de "lo individual" y los principios de solidaridad, aparentemente desgastados, dejen de constituirse en realidades excluyentes.