It seems out of the question that the Belaúnde administration has a serious responsibility in the acceleration of the violent spiral in Peru as of 1983. If the first responses of the government to the violence of Shining Path were marked by the undervaluation of the phenomenon, then (from December 1982) transferred the handling of the matter almost entirely to the Armed Forces with profound consecuences. With Alan García the phenomenon has not changed much. We argue that in order to understand the current context of acute violence and to speak seriously about possible solutions, it is essential to start from the situation of the Peruvian institutions, and that certain official responses torpedo with as much or greater efficiency than Shining Path the validity of an institutionality against which is this group has risen.Parece fuera de discusión que la administración belaundista tiene una grave responsabilidad en la aceleración de la espiral violentista en el Perú a partir de 1983. Si las primeras respuestas del gobierno al violentismo de Sendero Luminoso estuvieron signadas por la subvaluación del fenómeno, luego (a partir de diciembre de 1982) le transfirió el manejo del asunto casi por entero a las Fuerzas Armadas, con profundas consecuencias. Con Alan García el fenómeno no ha cambiado demasiado. Sostenemos que para entender el actual contexto de aguda violencia y para hablar en serio de posibles soluciones, es esencial partir de la situación de la institucionalidad peruanas, y que ciertas respuestas oficiales torpedean con tanta o mayor eficiencia que Sendero Luminoso la vigencia de una institucionalidad contra la cual es Sendero el que se ha levantado.