Latin America is entering the sixth year of an adjustment process whose end is not yet in sight, despite the fact that it has involved the costliest recession since the Great Depression and in most countries a major effort of economic policy restructuring. Given the duration and severity of the crisis, adjustment is no longer feasible unless accompanied by growth. However, in view of the increase in the current account deficit in 1986 and the reluctance of private creditors to grant voluntary loans, the financing of an expansionary adjustment does not seem likely. Thus the question naturally arises whether the current strategy will suffice to achieve both adjustment and growth / or whether new, bolder and more far-reaching initiatives should be introduced.América Latina está entrando al sexto año de un proceso de ajuste cuyo final no está aún a la vista, a pesar de que ha implicado la recesión más costosa desde la Gran Depresión y en la mayoría de los países un gran esfuerzo de reestructuración de la política económica. Dadas la duración y la severidad de la crisis, el ajuste ya no es viable a menos que vaya acompañado de crecimiento. Sin embargo, en vista del aumento del déficit de la cuenta corriente en 1986 y de la renuencia de los acreedores privados a otorgar préstamos voluntarios, no parece probable el financiamiento de un ajuste expansivo. Así, surge naturalmente la cuestión de si la estrategia actual bastará para lograr al mismo tiempo el ajuste y el crecimiento/o si deberán introducirse nuevas iniciativas, más audaces y de más alcance.