Making to converge the historical analysis and that of the politics of public policy, this article examines the trajectory of the Chilean pension scheme from the 19th century to the 1970s. The work focuses on the formulation process of the pension policy – both the highly significant that gained approval as well as those that failed in it –, with the purpose of identifying the characteristics of the policy formulation process of the old Chilean democracy and the role played by actors of the political system in it. Information comes from public archives, press, academic literature, and interviews to key actors. The article concludes that the policy formulation process of the old Chilean democracy was elitist – where the President was the protagonist –, with a high technocratic incidence and with a distribution of competence between the executive and legislative branches that favored the creation and development of the pension scheme. However, this also favored that the pension scheme was oriented to the satisfaction of interests, which later prevented reforms that sought to provide a greater rationality to the State activity and achieve higher levels of equity and integrality in this areaHaciendo converger el análisis histórico y el de la política de las políticas públicas, este artículo examina la trayectoria del esquema de pensiones chileno desde el siglo XIX hasta principios de la década de 1970. El trabajo se focaliza en los procesos de formulación de políticas de pensiones – tanto aquellas iniciativas de alta significación que lograron ser aprobadas, como las que fallaron en ello –, con el propósito de identificar las características del proceso de formulación de políticas públicas en la vieja democracia chilena y el rol desempeñado por actores del sistema político en ello. La información analizada proviene de archivos de los poderes públicos, prensa de época, literatura académica y entrevistas a personajes claves. El artículo concluye que el proceso de formulación de políticas públicas de la vieja democracia chilena era elitario – donde el Presidente de la República era el actor protagónico –, con alta incidencia tecnocrática y en el que la distribución de competencias entre los poderes ejecutivo y legislativo, e interacciones entre los actores de poder, permitieron crear y desarrollar el régimen de pensiones, pero también permitieron que se orientara a la satisfacción de intereses particulares, lo que luego impidió la aprobación de reformas que buscaban imprimirle mayor racionalidad  a la acción del Estado, con la finalidad de lograr mayores niveles de equidad e integralidad en este ámbito.