A partir de la afirmación que la tendencia histórica del Área Metropolitana de Santiago ha sido desplazar a la población de menores recursos a la periferia, en este trabajo se describe el hecho de que aún permanecen en el centro sectores pobres que habitan viviendas deterioradas y sectores socioeconómicos medio bajos, para quienes la localización pareciera ser un factor importante de permanencia. El artículo es una síntesis de los principales resultados de una investigación acerca de la motivación de los diferentes grupos que habitan las áreas centrales o pericentrales. Junto con analizar las restricciones que tradicionalmente se esgrimen para explicar la falta de interés del capital inmobiliario para invertir en esas áreas, se recalca la heterogeneidad como valor urbano de significación profundamente democrática. En virtud de lo anterior se propone un conjunto de programas de consolidación residencial para distintos estratos socioeconómicos, donde la gestión municipal debe cumplir un rol destacado.