dc.description | En el presente artículo, se postula la idea, según la cual, el “territorio de la frontera” construirá una cultura popular que se impregnará de la cultura ancestral mapuche y, a su vez, refundirá la cultura arábiga andaluza, que caminará con las conciencias sociales colectivas de sus pobladores, en su mayoría provenientes de Andalucía, los que rearmaran en tierra extraña uno de los múltiples mestizajes de Latinoamérica. En la práctica de la sobrevivencia, adoptarán los procesos de tecnología social y física de los pueblos mapuches, para desarrollar la sobrevivencia en un medio ambiente natural extraño a sus capitales tecnológicos de intervención en la naturaleza. Los asentamientos marginales de españoles y de mestizos-indígenas se constituyen en los márgenes de la sociedad encomendera y de hacendados. Estos territorios recogen la expulsión de españoles pobres y la multitud del “huacharaje” que aflora en múltiples puntos de la Capitanía General del Reino de Chile y que, crecientemente, comienza a ser visto como un fenómeno estigmatizante para la honorabilidad de la ascendente dignidad de la población habitante en el campamento semi rural de Santiago.
En los territorios de la frontera, se incubarán los constituyentes culturales de la cuestión popular. Tendrán un territorio de montaña y de llano en permanente disputa, lejos de la reglamentación estatal y del clero. Se constituirá en los bordes de la frontera y en los bordes del Bio Bio. Allí, se dialogará la conjunción mestiza, la de la urdimbre española arábiga andaluza pobre y de marginalidad intergeneracional, con la creciente exclusión y marginalidad del pueblo mapuche que, de pueblo originario, se ha convertido en indio e indígena “propenso a la barbarie”. Se constituirá, de este modo, el primer territorio popular originario. Se desarrollará una cultura popular con una oralitura, sin memoria escrita conocida, en torno a agrupamientos y configuraciones de asentamientos informales de carácter rural en los intersticios de la frontera, desarrollada como pueblos de indios o bien como campamentos informales de asentamientos de marginados. Este capital cultural de la frontera, estará también constituido por una cultura institucional comunitaria, que provendrá de la antigua regulación de concilium visigótico, el cual regula la constitución de las comunidades españolas y de las costumbres árabes de constitución de comunidades. Tres serán entonces las fuentes de habitus comunitarios del territorio popular originario que se expandirá posteriormente por todo Chile: la tradición de concilium visigótico, la rearticulación cultural Al Andaluz y la Cultura ancestral mapuche. | es-ES |