Among nascent Quakerism and the beginnings of Pentecostalism, performances and speeches emerged from excluded masses against the structures “of this world”. Both Quakers and Pentecostals opposed war, racism as well as gender and class inequalities. In addition to equity, the premise of the Spirit’s power in the individual also inspired a selfless conduct, mystical spirituality, bravery in testimony, honesty and dedication to work, while distrusting the established powers and nurturing a certainty in the imminent return of Christ. Furthermore, the cyclical changes and contact with worlds other than their own have re-signified their political beliefs and positions: on the Quaker side, a posture increasingly engaged in changes coinciding with a decrease in the number of believers; Pentecostalism, in turn, would grow significantly, although neglecting guidelines that marked its initial moment.Entre el cuaquerismo naciente y los inicios del pentecostalismo, surgieron actuaciones y discursos de las masas excluidas contra las estructuras de "este mundo". Los cuáqueros y los pentecostales se opusieron a la guerra, al racismo y a las desigualdades de género y de clase. La premisa del poder del Espíritu en el individuo inspiró, además de la equidad, la conducta desinteresada, la espiritualidad mística, la valentía en el testimonio, la honestidad y la dedicación al trabajo tanto como la desconfianza en los poderes establecidos, todo ello bajo la certeza del inminente regreso de Cristo. Por otro lado, los cambios coyunturales y el contacto con mundos diferentes al suyo han resignificado sus creencias y posiciones políticas, a veces como oposición al sistema capitalista, a veces como adhesión. Por parte de los cuáqueros, una postura cada vez más comprometida con los cambios y la disminución de creyentes; el pentecostalismo, por su parte, crecería expresivamente, aunque olvidaría las pautas que marcaron el momento inicial.Entre o quakerismo nascente e os primórdios do pentecostalismo, performances e discursos emergiram de massas excluídas contra as estruturas “deste mundo”. Quakers e pentecostais se opuseram à guerra, ao racismo e às desigualdades de gênero e classe. A premissa do poder do Espírito no indivíduo inspirava, além de equidade, conduta abnegada, espiritualidade mística, bravura no testemunho, honestidade e dedicação ao trabalho tanto quanto desconfiança aos poderes estabelecidos, tudo sob a certeza da volta iminente de Cristo. Outrossim, as mudanças conjunturais e o contato com mundos distintos dos seus ressignificaram suas crenças e posicionamentos políticos, ora como oposição ao sistema capitalista, ora como adesão. Do lado quaker uma postura cada vez mais engajada em mudanças e um decréscimo de fiéis; o pentecostalismo, por sua vez, cresceria de maneira expressiva, conquanto esqueceria pautas que marcaram o momento inicial.