Our paper shows that although the discourse ethics foundation acquires its solidity in strong cognitivism, Habermas does not rule out the presence of feelings within the intersubjective communicative exercise. Taking the concept of the “world of life” (Lebenswelt) as a background, it is possible to argue that, within the ethics of discourse, feelings constitute preconditions present in any claim to validity. They allow us to feel sensitized toward moral facts and are an unavoidable resource in normative application.El presente trabajo muestra que, si bien la fundamentación de la ética del discurso adquiere su solidez en un cognitivismo fuerte, Habermas no descarta la presencia de los sentimientos dentro del ejercicio comunicativo intersubjetivo. Teniendo el concepto “mundo de la vida” (Lebenswelt) como trasfondo, es posible sostener que, dentro de la ética del discurso, los sentimientos se constituyen en condiciones previas presentes en toda pretensión de validez, permiten sensibilizarse ante el hecho moral y son recurso ineludible en el proceso de aplicación normativa.