The teaching-learning process generated within the framework of Higher Education system remain as a constant of analysis and tension. The economic and sociocultural configuration of the 21st century has evoked it a recurring idea about to have professionals who are increasingly prepared to adapt to changes and generate effective social interactions. If we look at the graduation profiles of the undergraduate programs, it is possible to quickly identify many socio-emotional skills that would be developed as part of a teaching-learning process during their undergraduate career. However, it is complex to access those aspects related to methodologies, teaching methods, tests, projects, and feedback strategies that would support this expected development. Due to this situation, the focus of this article is to generate an initial proposal to deepen the context of apprenticeship during an internship process and the possibilities of this being an instance that bring direct benefits to the socio-emotional development of undergraduate students, by emphasizing the role of the teacher who supervises this formative milestone as an actor who plays a role as a mediator using metacognition and emotional regulation. The reflection on this dimension of Higher Education hopes to initiate a discussion about the opportunities for the improvement´s internship process, and Higher Education teaching-learning process that focus on the mediation style for the development of key skills throughout life.El proceso de enseñanza-aprendizaje generado en el marco de la formación en Educación Superior sigue siendo un aspecto de constante tensión y de análisis. La configuración económica y sociocultural del siglo XXI, ha hecho que sea recurrente el planteamiento de contar con profesionales que estén cada vez más preparados para adaptarse a los cambios y generar interacciones sociales efectivas. Si miramos los perfiles de egreso de las carreras, es posible identificar rápidamente una gran cantidad de habilidades socio-emocionales que serían desarrolladas como parte de un proceso enseñanza-aprendizaje durante el trayecto formativo. Sin embargo, es complejo acceder a aquellos aspectos relacionados a metodologías, instrumentos evaluativos y estrategias de retroalimentación que sustentarían este desarrollo esperado. Debido a esta situación, el foco de este artículo es generar una propuesta inicial de profundización en el contexto de formación durante la práctica profesional y las posibilidades de que esta sea una instancia que beneficie el desarrollo socio-emocional de los y las estudiantes, al enfatizar el rol del docente que supervisa este hito formativo como un actor que desempeñe un rol como mediador a través del uso de la metacognición y regulación emocional. La reflexión acerca de este ámbito de la Educación Superior espera iniciar una discusión en torno a las oportunidades de mejora tanto de los espacios de la práctica profesional, en el marco del aseguramiento de la calidad, como de una docencia de la educación superior que procure la mediación para el desarrollo de habilidades clave a lo largo de la vida.