En los últimos años del siglo XX, dar una mirada a la realidad actual de los estudios clásicos en Chile no deja ciertamente en el ánimo sentimientos de optimismo. Las perspectivas no parecen halagüeñas para disciplinas una de cuyas características fue siempre el "desinterés", en el mundo en el que impera un mercantilismo desorbitado, en el que todo tiene precio en dinero. En cambio, una ojeada a la historia de estas disciplinas en nuestro país, si bien no nos entrega un panorama estraordinaraiamente rico, deja a la vista un quehacer que, pese a altos y bajos, a períodos ingratos, puede existir realizaciones valiosas y tareas cumplidas con dignidad y brillo por algunas figuras destacadas de la intelectualidad chilena.