Colombia does not yet have an Open banking regulatory model; However, with Law 1955 of 2019, the National Government was empowered to create a regulatory sandbox -for a term of two years- that would allow evaluating and measuring the behavior of the markets and the level of financial innovation in the country, before adopting a definitive model. In use of the powers given by the legislator, Decree 1234 of 2020 was issued, in which the objectives, requirements and stages of operation of the controlled test space were generally set, as a tool to promote innovation in the provision of financial services and make it easier for supervisory and regulatory authorities to identify new financial developments. In this scenario, this article argues that, although the open banking rules in force in Colombia are transitory, the regulator cannot forget when defining the regulatory model that it will adopt that the main risks of its implementation lie in ensuring compliance with the rules regarding the protection of the rights to personal privacy, habeas data and personal data. In this sense, it is necessary to complement the personal data protection regime to fill some gaps related to the quality and responsibility of the financial and non-financial agents that participate in this new form of financial innovation.Colombia aun no cuenta con un modelo regulatorio de Open Banking; sin embargo, con la Ley 1955 de 2019 se facultó al Gobierno Nacional para crear un regulatory sandbox -por el término de dos años- que permitiera evaluar y medir el comportamiento de los mercados y el nivel de innovación financiera del país, antes de adoptar un modelo definitivo. En uso de las facultadas dadas por el legislador se expidió el Decreto 1234 de 2020, en el que se fijaron de manera general los objetivos, requisitos y etapas de funcionamiento del espacio controlado de prueba, como una herramienta para promover la innovación en la prestación de los servicios financieros y facilitar a las autoridades de supervisión y regulación la identificación de nuevos desarrollos financieros. En este escenario el presente artículo argumenta que, si bien las reglas vigentes en Colombia de Open Banking son transitorias, el regulador no puede olvidar al momento de definir el modelo regulatorio que adoptará que los principales riesgos de su implementación se encuentran en asegurar el cumplimiento de las normas relativas a la protección de los derechos a la intimidad personal, habeas data y datos personales. En ese sentido, se requiere complementar el régimen de protección de datos personales para llenar algunos vacíos relacionados con la calidad y responsabilidad de los agentes financieros y no financieros que participan en esta nueva forma de innovación financiera.