La emergencia sanitaria presenta nuevos y grandes desafíos a las instituciones de educación superior católicas y a la pastoral de las mismas. Para dar respuesta a dichos desafíos es preciso acudir al fundamento de la vida del cristiano: la caridad que brota de la experiencia personal del amor de Dios, que se fundamenta en una sólida formación y se manifiesta en el desarrollo humano integral. A partir de estos principios es necesario recurrir a la creatividad e imaginación moral que ayude a dar respuesta acertada y acorde a la realidad presente.