Editorial Nº5
Author
De Cortillas Diego, Natascha
Abstract
Este quinto nu?mero de Alzaprima aspira a seguir manteniendo su idea inaugural en torno al desarrollo de la in- vestigacio?n en las Artes Visuales, visibilizando y expan- diendo de manera seri?a y comprometida los procesos de escudrin?amiento con me?ritos para su difusio?n hacia centros especializados de nivel nacional e internacional. Aspiramos a que los arti?culos publicados sean un aporte a la indagacio?n en torno a las pra?cticas arti?sticas para la produccio?n de saberes enraizados en el acontecer regional y en la ciudad que nos determina.
En este contexto, la ciudad de Concepcio?n y su entorno regional, se erigen sometidos a tensiones naturales y sociales de gran envergadura; en tanto nuestro devenir se ancla en una cosmogoni?a fundacional atenta a los de signios de su tecto?nica y a la confrontacio?n de culturas, imprime un sino tra?gico que dificulta la conservacio?n de la memoria y del patrimonio local. Asi?, la fragilidad del territorio y de la convivencia social pareciera determinarnos a una especie de constante y triste signo de olvi- do, omisio?n, o depresio?n colectiva, en torno al natural impulso de toda ciudad por cuidar y destacar su historia.
El reciente y tristemente espectacular incendio del Mer- cado Central de Concepcio?n, en mayo del 2013, no hace ma?s que reforzar esta idea al develar de entre los escombros el notable hito de una arquitectura moder- na que siempre le caracterizo? y, que pocas veces vimos producto de la invisibilizacio?n que le imprimio? el tra?fago comercial determinado por un interminable conflicto de intereses econo?micos. Removidos los escombros y cenizas se develo?, en medio del barrio histo?rico, una plataforma en precarias condiciones pero rica en cuanto fuente y soporte de nuestro patrimonio vivo. Un espacio de convivencia que el uso, como muestra de vida, fue cu- brie?ndolo de capas, vitalizando sus espacios pero a la vez llena?ndolo de ruidos y conflictos hasta convertirlo de al- guna forma y, para un segmento importante de la pobla- cio?n, en un no lugar. Entonces ¿Co?mo recuperar? ¿Que? reconstruir? ¿Co?mo evitar que vuelva a construirse un otro nuevo no lugar de convivencia social? ¿Co?mo reedificar tomando debida cuenta de que la propia dina?mica de este proceso de recuperacio?n ira? agregando capas culturales que funcionara?n como fieltro transformador de este espacio-trama del patrimonio? ¿Que? se recupera cuando un incendio, o un terremoto, se lleva la vida y la historia de un lugar? ¿Co?mo se puede evitar que el fuego de la desidia no olvide que? hemos ido siendo?
Hace dos an?os el Magister de Arte y Patrimonio del Departamento de Artes Pla?sticas de nuestra Universidad viene desarrollando reflexiones en torno al patrimonio local con e?nfasis en su condicio?n de cultura viva y en cruces con el arte como un exponencial sustantivo del campo de estudio. A nivel regional y nacional, Concepcio?n despierta a una discusio?n que propone en tomarle el pulso a nuestro patrimonio como eje de identidad y desarrollo local. Rasgar el muro social del espacio urba- no nos permitira? traducir las adiciones y sustracciones que han ido conformando el material de carga simbo?lica de la ciudad y vitalizar las relaciones e interacciones humanas en sus distintos contextos. Si bien es cierto que el arte posee esta esencia relacional en su gesto primario, hoy en di?a vemos intenciones reveladoras en sus pra?cticas y discursos que afirman y tensan ese espacio de lenguaje desde la perspectiva de los objetivos este?ticos, culturales y poli?ticos que se ponen en juego y relacionan. Asi? el artista se presenta como un puente vital que per- mite transformar el contexto desde un mundo sensible y conceptual mediante visualidades y funciones de las e?pocas y contextos que le corresponden.