El problema del envejecimiento demográfico es transversal a todos los países y, ha traído cambios importantes en las características de las poblaciones, situación que además se encuentra reforzada por cambios sociales importantes que tienden a no considerar la vejez y su entorno y, por tanto, la vivienda. Si bien existen desde hace muchos años investigaciones y soluciones habitacionales para adultos mayores, estas no han logrado dar una solución integral al problema. A partir de la frase de Le Corbusier, en la que coloca a la vivienda como una “máquina para vivir”, se desarrolla un análisis para identificar formas de intervención del espacio habitable del adulto mayor. Esto se realiza desde los criterios ergonómicos definidos para el análisis de la relación hombre-máquina. De esta forma, se identifican situaciones habituales dentro de la relación usuario-vivienda, asociadas a los riesgos ergonómicos tradicionales. Se plantea que estos deben ser atendidos previos al proceso de diseño/adecuación de una vivienda, con el fin de, advertir aquellas situaciones de riesgos que pueden impactar en la calidad de vida del usuario y en la eficiencia de las actividades cotidianas. Por último, la intención de esta investigación es esclarecer el aporte de la ergonomía a la arquitectura, apelando a una toma de conciencia de rol del profesional del diseño ante problemas que van más allá del ámbito médico tradicional.