Así como el recuerdo, el olvido también tiene su momento reflexivo en el pensamiento humano, el primero supone que nos hemos constituido de retazos de tiempo, imágenes con o sin color pululando en el límite interrogativo que, en la época moderna, permitió concretar un conocimiento de tipo científico-tecnológico, un conocimiento inspirado en la promesa que, en ese tiempo era posible llegar a una especie de final único, originario, por lo tanto, toda aquella aspiración humana por la trascendencia tenía forma en la lógica. En tanto, en el presente actual el recuerdo se entrelaza con la práctica del olvido trastocando su significación y sentido poniendo sobre relieve laposibilidad de las posibilidades. Es tiempo de habitar el presente olvidando el acto que nos puso en este camino por lo humano, es hora de experimentar lo que solo el ser humano se puede otorgar, su vivencia, y no solo una vez, sino todas las veces que sean posibles en este tiempo compartido.