Introducción al Dossier
Author
Sánchez Paredes, José
Full text
https://revistaculturayreligion.cl/index.php/revistaculturayreligion/article/view/58710.61303/07184727.v9i1.587
Abstract
En el Perú, como en la mayoría de países latinoamericanos, los cambios sociales, políticos y económicos que se producen, están provocando profundas e irreversibles transformaciones en las estructuras de su campo religioso afectando a todos sus agentes e instituciones y, desde luego, su relación con el resto de la sociedad. Algunos de estos cambios tienen que ver con la creciente diversidad religiosa. El Perú, dentro de su diversidad cultural siempre fue un país religiosamente diverso, pero esa diversidad religiosa desborda hoy los límites culturales e históricos locales y se nutre de las más variadas expresiones religiosas, para-religiosas, filosóficas, “sincretismos”, espiritualidades, etc. procedentes de las más distantes tradiciones históricas, culturales y religiosas en el mundo. Localmente, en varias zonas andinas, como Ayacucho y Cuzco están resurgiendo ciertas formas de “sincretismo” que incorporan a las creencias en los Apus ancestrales, modernas técnicas de cirugía y medicina modernas, con fuerte impacto y convocatoria en sectores medios e instruidos de muchas ciudades peruanas, inclusive la actual y moderna Lima. En este “resurgimiento” religioso peruano vemos aparecer nuevos “santos” populares, en abierto desafío a la “autoridad” y capacidad “legitimadora” de la Iglesia para decidir quiénes deben ser considerados “santos” o “santas”. Vemos también la persistencia de aquellos nuevos movimientos religiosos que, desde los años setenta del siglo pasado forman parte de nuestro espectro religioso: Hare Krsna, Mahikari, Sokka Gakai, entre otros. Relativismo religioso, diversas formas de increencia, acreencia, agnosticismo son también características que viene adquiriendo de modo creciente el campo religioso peruano de los últimos tiempos.