El financiamiento de los gobiernos locales en América Latina corresponde en gran parte a financiamiento por transferencias intergubernamentales. Para el caso de Chile, recibe el nombre de Fondo Común Municipal (FCM) y compone gran parte del presupuesto municipal. Sin embargo, es insuficiente para complementar o satisfacer las necesidades básicas de cada una de las municipalidades, sus territorios y sus habitantes. En busca de nuevos indicadores que complementen al FCM y que representen la realidad de los municipios se realizó un análisis del Índice de Calidad de Vida Urbana y su relación con el monto percibido por concepto de redistribución de cada municipalidad. De igual forma, se llevó a cabo un ejercicio estadístico que permitió conocer el efecto de estas variables y cómo su medición afecta las necesidades más próximas de la población. Por último, se realizan varias recomendaciones que apuntan a mejorar el desempeño y equidad de los recursos introduciendo un nuevo criterio. Esto se hace con el objetivo de disminuir la desigualdad y pobreza en los territorios, potenciando el efecto redistributivo del Fondo Común Municipal desde una perspectiva que permita mejorar la calidad de los bienes y servicios que entregan las municipalidades a los vecinos y vecinas.