This article proposes a renewed analytical framework to examine contemporary Chilean theatrical works—Animales de trabajo, Figura humana, and Volver al volcán—that navigate between the postmodern, the postdramatic, and the posthistorical. Departing from a critique of the Effect/Affect model (Valenzuela, 2011), we suggest an interpretive matrix that allows for the mapping of what we call “rebel theater” through six constitutive axes: (1) the tensions between Resonance/Acceleration, (2) the Interconnection of the Sensory Framework (sound, visuals, and text), (3) the processes of Expanding-Flowing-Eroding established forms, (4) the Vibration of Political Questioning, (5) the Transformations of Paradigms of Meaning, and (6) Resistances as Ecological Practices.While these works do not yet constitute a radical theater in the strictest sense, analyzing their vibrations provides glimpses of a potential emerging radicality within the South American context of the Anthropocene. Their particularity lies in how they oscillate between: a) the social (as a space for collective practices), b) the labor-related (as an exploration of productive bodies), and c) the telluric (as a territorybody link), generating resonances that exceed the frameworks of European postdramatism (Lehmann, 2013). This study does not aim to prove the existence of a constituted radical theater, but rather to offer tools to measure potential degrees of radicality through the analysis of their scenic vibrations. More than representing crises, these works produce resonances that interrogate neoliberal conditions from the Chilean context, opening up questions about their possible evolution toward more radical forms of theater as a social technology.Este artículo propone un marco analítico renovado para examinar obras teatrales chilenas contemporáneas (Animales de trabajo, Figura humana, Volver al volcán) que transitan entre lo posmoderno, lo posdramático y lo poshistórico. Partiendo de una crítica al modelo Efecto/Afecto (Valenzuela, 2011), se sugiere una matriz interpretativa que permite cartografiar lo que denominamos “teatro rebelde» a través de seis ejes constitutivos: (1) las tensiones entre Resonancia/Aceleración, (2) la Interconexión del Entramado Sensorial (sonoridad, visualidad y textualidad), (3) los procesos de Expandir-Fluir-Erosionar formas establecidas, (4) la Vibración de Cuestionamientos políticos, (5) las Transformaciones de Paradigmas de Sentido, y (6) las Resistencias como Prácticas Ecológicas. Estas obras no constituyen aún un teatro radical propiamente dicho, pero permiten visualizar —a través del análisis de sus vibraciones— indicios de una potencial radicalidad emergente en el contexto sudamericano del Antropoceno. Su particularidad reside en cómo oscilan entre: a) lo social (como espacio de prácticas colectivas), b) lo laboral (como exploración de cuerpos productivos), y c) lo telúrico (como vínculo territorio-cuerpo), generando resonancias que exceden los marcos del posdramatismo europeo (Lehmann, 2013). El estudio no pretende demostrar la existencia de un teatro radical constituido, sino ofrecer herramientas para medir los grados de radicalidad potencial a través del análisis de sus vibraciones escénicas. Estas obras, más que representar crisis, producen resonancias que interrogan las condiciones neoliberales desde el contexto chileno, abriendo preguntas sobre su posible evolución hacia formas más radicales de teatro como tecnología social.