La acción comunitaria tiene una larga tradición en sociedades con poblaciones estables, con un encuadre de sociedad que es aceptado como meta posible por la gran mayoría de sus miembros. En contraposición, una sociedad de inmigración masiva obliga a buscar fundamentos para una acción comunitaria que combata las exclusiones con conciencia que ellas exigen mucho más que una incorporación a una estructura social. El desafío que presentan es el exigir una revisión radical de las premisas que hacían posible la exclusión por una revisión en profundidad de la estructura social que las albergaba. En una sociedad democrática, las inmigraciones masivas exigen un cambio real de la sociedad de acogida, que debe aceptar que incluirlas no es un gesto de altruismo, sino el reconocimiento de un derecho de nuevos ciudadanos a revisar las características de la sociedad de acogida que son incompatibles con una nueva sociedad inclusiva. Este trabajo estudia las formas que toma la acción comunitaria en un barrio de Montreal con altos índices de migración.