Cuando Chile adoptó el sistema binominal, florecieron las advertencias académicos acerca de sus posibles efectos negativos. Luego de quince años y cuatro elecciones parlamentarias, este artículo evalúa los cambios políticos producidos por este sistema electoral, al igual que la exactitud de dichos pronósticos. El artículo muestra que a pesar de los aciertos y errores de la previsiones de los efectos del sistema, sobre todo en lo referente a las características negativas de éste, se mantiene la idea de una necesidad  de reforma electoral. El artículo sostiene que el sistema binominal: 1) entrega ventajas excesivas a los incumbentes; 2) devalúa las elecciones, al producir constantemente un vínculo electoral efectivo entre las dos coaliciones más importantes y; 3) socava la democracia partidaria interna.