Desde los primeros años del asentamiento español en América se hacen presente las expresiones del profundo espíritu cristiano y misionero que inspiran a la Corona. Frente a los primeros abusos cometidos por los conquistadores va a surgir un gran número de disposiciones relativas al buen trato que debe darse a los naturales y otras encaminadas a evitar en el Nuevo Mundo los perniciosos efectos de la ambición desmedida, de la relajación de las costumbres y del deterioro de la moral pública y privada.