La consagración del arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha con el premio internacional más importante de arquitectura, el Premio Pritzker, otorgado por la Fundación Hyatt de Chicago, en una época de gran diversidad de experimentaciones técnicas y formales, es una clara evidencia de lo que destaca en una obra es, ante todo, el grado de consistencia con su propio discurso. La teoría que interesa al arquitecto, sin embargo, es en la medida en que puede ser utilizada para la acción. Es el resultado de la confianza en la eficacia de la acción frente a la propia razón especulativa que la genera. Regida por leyes de geometría precisa, la forma regular de la arquitectura de Paulo Mendes da Rocha se traduce en confianza en el proyecto arquitectónico para la construcción y la reorganización del espacio urbano.