Estado y Violencia en Honduras: Las Maras desde una Perspectiva Crítica
Author
Flores Rodríguez, Enrique
Abstract
The idea of launching a challenge to law and anthropology, was born as a need to reorient state labor on public policy, essentially criminal. While it is assumed that the sovereign has studied and consulted various experts when creating a country's security plan, whether they are sociologists, criminologists or other professionals of the social sciences, this can be perfectly questioned based on the results obtained, that security policy responds to different factors that are unrelated to the reality of Honduras. Crime is seen as an enemy that must be confronted and not as a social problem that has to be solved and that is born as a product of economic inequality. Gangs emerge as a new type of crime organization, assuming the role that corresponds to the state in many areas where they dominate and exert "criminal sovereignty", where quality education, employment and other services that would allow youth to get an alternative, are limited and outweighed by this group branded as "enemies" of Honduras; although the various crimes that are committed daily cannot be hidden, nor it is it intended to exonerate them, the state can't ignore its responsibility to respond to social problems with an inclusive and not only repressive policy. Therefore, when creating public policy, it is necessary to include sciences like anthropology that offer a different and more suited look to the reality of life in Honduras. La idea de lanzar un reto a la antropología y el derecho, nace como una necesidad para reorientar la labor estatal en materia de política pública esencialmente criminal. Si bien se asume que el soberano prevé al momento de la creación de un plan de país en materia de seguridad, haya estudiado y consultado a distintos expertos llámese sociólogos, criminólogos u otros profesionales de las ciencias sociales, lo que perfectamente se puede cuestionar por razón de los resultados obtenidos, que la política en materia de seguridad responde a factores distintos y ajenos a la realidad de Honduras. La criminalidad se ve como un enemigo al cual hay que confrontar y no como un problema social producto de la desigualdad económica, que hay que solucionar. Las maras surgen como un nuevo tipo de crimen organizado, asumiendo el rol que le corresponde al propio estado en muchos de los sectores donde dominan y ejercen “soberanía criminal”, donde la educación de calidad, el empleo y otros servicios que permitirían a la juventud optar por una alternativa, se ven limitados y superados por este grupo tildado como “enemigos” de Honduras; si bien no se puede ocultar, ni se pretende exonerar de los diversos crimines que cometen a diario, tampoco el estado puede hacer caso omiso a su responsabilidad de responder a los problemas sociales con una política inclusiva y no solamente represiva. Por eso es necesario que al momento de crear políticas públicas se incluya ciencias como la antropología que permitan tener una mirada distinta y más acorde a la realidad que se vive en Honduras.