Desde el restablecimiento de la democracia en Chile en el ámbito religioso se consolida el proceso de transición de un campo monolítico a uno de tipo multipolar, acrecentando la diversidad religiosa. Estas tendencias determinan el establecimiento de las nuevas vinculaciones entre el pluralismo religioso y el pluralismo político. el reordenamiento de las relaciones entre la Iglesia y el Estado y la reconsideración del rol de los actores religiosos para la consolidación democrática. Tras romper la marginalidad social y simbólico-espiritual, el movimiento evangélico de Chile se consolida cada vez más como un nuevo protagonista de la sociedad civil y uno de los espacios alternativos para la participación ciudadana. Los imperativos de establecer una vinculación más estrecha con la sociedad y la creciente conciencia de ser una importante fuerza social y electoral favorecen los esfuerzos evangélicos para pasar a ser un nuevo actor político nacional y no solamente corporativo. Esta es la razón que permite referimos a los grupos evangélicos estudiados corno a posibles espacios de formación de una nueva ciudadanía, es decir, la que abarcaría a una población apolítica,pero éticamente exigente y socialmente activa.