"Un orden nuevo no nace porque lo desee así una voluntad aislada, por genial y subyogante que sea. Sólo el querer de un pueblo es capaz de engendrarlo y sostenerlo para que no muera". Dice esto Jaime Eyzaguirre a propósito de la desaparición de don Diego Portales; su muerte no significó la alteración de los fundamentos del edificio alzado, el régimen se mantuvo incólume, porque el alma del arquitecto se hallaba fundida con la conciencia nacional: "la aspiración de orden había logrado encarnarse hasta tomar los contornos de una verdadera tradición"; "Chile pudo realizar ese ideal, que Manuel Montt, definió como el imperio de la libertad y el orden del gobierno público; no el de la libertad con mengua del orden, ni el orden con mengua de la libertad, sino la justa armonía de estos principios salvadores de la República".