Hasta el inicio del proceso de privatización y desregulación de la economía en 1989, el gas y el petróleo estaban en la Argentina, o bien en poder del Estado a través de las empresas estatales, YPF y Gas del Estado, o bien, en menor medida, en manos de empresas privadas altamente reguladas por el Estado. El gas natural era considerado un bien estratégico y esencial para la seguridad y soberanía nacionales. Por esta razón, y por no haberse logrado el autoabastecimiento de gas natural (desde 1968 hasta 1999 se importó a la Argentina gas de Bolivia), la exportación de gas natural a países limítrofes nunca fue considerada como una posibilidad.