Show simple item record

dc.creatorArellano Saavedra, Rodrigo
dc.date2014-12-01
dc.date.accessioned2020-01-06T20:37:19Z
dc.date.available2020-01-06T20:37:19Z
dc.identifierhttp://revistace.ucm.cl/article/view/281
dc.identifier.urihttps://revistaschilenas.uchile.cl/handle/2250/122688
dc.descriptionThe need to incorporate values in the education of people at different stages of life is recognized by most social institutions (GUNI, 2008). The role of the university is predominantly one of professionalization; however, it is not impossible to simultaneously contribute to a broader personal preparation. The university must not only provide training in the professional field to satisfy the economic needs of a production model based on knowledge and technology, but it must also incorporate human, social, ethical and philosophical knowledge. In this manner, education is not limited to instructing or transmitting knowledge or skills, but develops the person for their individual progress and their social development. Higher education in the twenty-first century must take ownership of this challenge and integrate it as one of the functions of its institutional mission. In our view, the university is an excellent venue for the development of capacities to achieve meaningful learning in ethics training, citizenship training and personal development of future professionals as participants of a democratic society. In this manner, universities and researchers as well as teachers and their students can exert, formally or informally, significant influence in the consideration of ethical and social values, the social climate, empathy, etc., in order to build a more cultured and dignified societyen-US
dc.descriptionLa necesidad de integrar valores en la educación de las personas en sus diferentes etapas de su vida es compartida por la mayoría de las instancias sociales (GUNI, 2008). La función de la universidad es predominantemente profesionalizadora, sin embargo no se descarta que, de manera simultánea contribuya a una preparación personal más amplia. La universidad no solo debe entregar formación en el ámbito de lo profesional para nutrir las necesidades económicas de a una sociedad sustentada en un modelo de producción centrado en el conocimiento y la tecnología, sino también debe incorporar al mismo tiempo los saberes humanos, sociales, éticos y filosóficos. De este modo, la educación no se limita únicamente a instruir o transmitir conocimientos o habilidades, sino que a formar a la persona para su progreso individual y su desarrollo social. La educación superior en el siglo XXI debe asumir como propio este desafío e integrarlo como una de sus funciones en su misión institucional. Precisamente a nuestro entender, la universidad es un inmejorable espacio en el desarrollo de capacidades que permitan aprendizajes significativos para lograr la formación deontológica, formación ciudadana y formación humana de los futuros profesionales en tanto personas parte de una sociedad democrática. Así, tanto las universidades como el colectivo de profesores, sus investigadores y los mismos estudiantes pueden producir, formal o informalmente, mucha influencia en la consideración de valores éticos y sociales, clima social, empatía, etc., para la construcción de una sociedad más culta y digna.es-ES
dc.formatapplication/pdf
dc.languagespa
dc.publisherUniversidad Católica del Maulees-ES
dc.relationhttp://revistace.ucm.cl/article/view/281/263
dc.rightsDerechos de autor 2018 Rodrigo Arellano Saavedraes-ES
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0es-ES
dc.sourceConvergencia Educativa; Núm. 4 (2014): Convergencia Educativa; 9-23es-ES
dc.source0719-3351
dc.titleLa formación en valores en el ámbito de la Educación Superiores-ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/publishedVersion
dc.typeArtículos de Investigaciónes-ES


This item appears in the following Collection(s)

Show simple item record