This article analyzes Brazilian writer and art critique Teixeira Coelho Neto’s novel sequence –Niemeyer, um romance (1994); Historia Natural da ditadura (2006), O homem que vive, uma jornada sentimental (2010) and Colosso (2015)–, regrouped under the name of “The Angel of History” (Walter Benjamin), in which an apocalyptic vision of the end of the world intertwines with a meditation about life, politics, art and literature. It argues that the novel’s catastrophic imaginary is presented as structurally linked to a developmental and industrial modernization project (represented in its apex in the construction of Brasilia), in which art and literature are thought through an epistemology based in rationality, monumentality, evolutionism and aesthetic autonomy. Against this, Coelho Neto’s project builds a material writing, assembled with the debris of life: a minor aesthetics of the anonymous, the remaining and waste. Contemporary literature, therefore, gains a philosophical status because it becomes a platform in which concepts are generated and through which it is possible to build a critical theory from a different standpoint than the one offered by modern (monumental) reason.Este ensayo toma el ciclo de cuatro novelas del escritor y crítico de arte brasileño Teixeira Coelho Neto –Niemeyer, um romance (1994); Historia Natural da ditadura (2006), O homem que vive, uma jornada sentimental (2010) y Colosso (2015)– agrupado bajo el nombre de “el ángel de la historia” (Walter Benjamin), en el que se presenta una visión apocalíptica del fin del mundo entretejida con una reflexión sobre la vida, la política, el arte y la literatura. El ensayo sostiene que el imaginario catastrófico de las novelas se revela como estructuralmente ligado a un proyecto de modernización desarrollista e industrial (cuyo punto cúlmine está en la construcción de Brasilia), en los que la literatura y el arte se entienden desde una epistemología basada en la razón, la monumentalidad, el evolucionismo y la autonomía estética. Contrariamente, Coelho Neto se propone construir una escritura material, hecha con los escombros de una vida: una estética menor, de los “sin nombre”, del deshecho y del derroche. La literatura contemporánea adquiere de esta manera una impronta casi filosófica, pues se transforma en un sitio de generación de conceptos; un sitio a partir del cual construir una teoría crítica de un modo ajeno al de la razón (monumental) moderna.