Las movilizaciones feministas estudiantiles de 2018 en Chile plantearon una serie de desafos en el mbito universitario, transversalizando la demanda por una educacin no sexista. El presente artculo busca problematizar dicha demanda, tomando en cuenta la teora y trayectoria de las pedagogas feministas interseccionales, con el objetivo de complejizar y profundizar el debate en torno al sexismo en la educacin. Para ello, comenzamos con una contextualizacin de la movilizacin feminista en Chile sealando sus principales reivindicaciones, para luego enfatizar en el enfoque interseccional, a modo de posicionamiento y conceptualizacin. En un segundo momento nos situamos desde las pedagogas feministas interseccionales analizando cuatro ejes que nos parecen sustantivos en relacin con las demandas que plantea el movimiento: epistemologas feministas y saberes situados; las pedagogas feministas como prcticas encarnadas y afectivas; relaciones y jerarquas de poder y el nfasis en la dimensin relacional y colectiva de la construccin de saberes; y, por ltimo, la preocupacin por mejorar las condiciones materiales de vida de las personas. Finalmente, en las conclusiones, enfatizamos cmo las pedagogas feministas interseccionales permiten ir ms all de una educacin no sexista, proponiendo un proyecto estructural, complejo y liberador de transformacin social.The feminist student movement of the year 2018 in Chile posed a series of challenges to universities, mainstreaming the demand for a non-sexist education. The present article seeks to problematize this demand taking into account the theory and trajectory of intersectional feminist pedagogies, deepening the debate around sexism in education. We begin with a contextualization of the feminist student movement in Chile, pointing out its main demands. Then we explain our intersectional approach, as a positioning and a conceptualization. Secondly, we address intersectional feminist pedagogies presenting four axes we consider relevant in relation to the demands posed by the movement: feminist epistemologies and situated knowledges; feminist pedagogies as embodied and affective practices; relations and hierarchies of power: the emphasis on the relational and collective dimension of the construction of knowledges; and the concern to improve peoples material living conditions. Finally, in the conclusions, we emphasize how intersectional feminist pedagogies allow us to go beyond a non-sexist education, proposing a more structural, complex and liberating project of social transformation