Son éstas las últimas palabras que pronuncio como Directora de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica del Norte. Me ha sido muy difícil esbozarlas ya que cada vez que intenté escribir algo se agolparon en forma irreprimible los recuerdos, las vivencias, los proyectos inconclusos, y hasta las lágrimas. Recordaba cuantas veces durante los últimos ocho años, subí a este estrado para hablar del ayer, el hoy y el mañana de esta obra que la Universidad Católica del Norte puso en mis manos en diciembre de 1991, cuando tan solo existía la idea de crear una Escuela de Derecho en la Sede Coquimbo. Y pensé que en una ocasión como ésta no me corresponde hablar del ayer, porque Uds. han sido partícipes de lo acontecido y lo conocen bien. He preferido encerrarlo en un precioso cofre de recuerdos que llevaré por siempre conmigo. Tampoco hablaré del mañana, porque el mañana de nuestra Escuela de Derecho es de Uds. y el mío lo he entregado a los designios de Dios.