En los últimos quince años se ha despertado el interés por la figura de Benedicto XV. Su doctrina político-social ha vuelto a ser apreciada. Pero, por lo general, se le subordina a sus aspectos histórico contingentes, o, con cierto anacronismo, se le reduce a un antecedente de lo que solo viene a madurar después. En este artículo se analiza dicha doctrina en sí misma considerada, a partir de las fuentes directas, con especial antención a sus aspectos antimodernos, que completan el corpus politico de León XIII y San Pío X en lo referente a la paz entre los pueblos, las bases del derecho de gentes, el fin último de las comunidades políticas, la relación entre la Iglesia y el Estado, y los supuestos morales de la vida pública.