En el presente artículo se pone de relieve el impacto que tienen las reglas estéticas de una cultura sobre la configuración de las sociopolíticamente denominadas ‘identidades de género’ de los sujetos. Se trabaja con la agencialidad de la imagen fotográfica, a partir del cual se describe el carácter performativo de la fotografía, que opera tanto en un sentido normativo como en uno subversivo. El objetivo general de este artículo es situar a la parodia estética como una herramienta política potencialmente capaz de sublevarse contra los valores éticos y estéticos de los géneros sexuales dominantes en la cultura occidental contemporánea. Para ello se recurre al análisis de fotografías consideradas como dispositivos de construcción de subjetividad. Se describen distintas estéticas de género constitutivas del imaginario social de esta cultura, la normativa, la abyecta y la paródica. A la parodia estética se le atribuyen tres características que resultan fundamentales para llevar a cabo la tarea de desestabilizar las normas estéticas hegemónicas de las identidades de género, a saber, la intransitividad, concepto tomado de la teoría de Wittgenstein, la repetición, noción que situamos en la obra de Butler, y el movimiento, principio derivado de nuestro análisis