You can't step into the same Argument twice: Wittgenstein on philosophical arguments
No puedes tropezarte con el mismo argumento dos veces: Wittgenstein y los argumentos filosóficos
Author
Cohen, Daniel H.
Miller, George H.
Abstract
En la filosofía en todas partes hay argumentos, pero casi en ninguna parte ellos realmente tienen éxito en demostrar conclusiones, resolver diferencias, o cualquiera de las otras cosas que supuestamente los argumentos hacen. Para Wittgenstein, discutir sobre materias filosóficas fue un desperdicio. Esta conclusión se sigue inmediatamente desde sus perspectivas sobre la naturaleza de un argumento, la naturaleza de la filosofía, y el lugar de los argumentos en la filosofía. Aunque que sus ángulos en estos temas cambiaron significativamente, la conclusión aparece de la misma forma. Sin embargo, dado que los argumentos parcialmente definen sus conclusiones, conclusiones aparentemente idénticas de argumentos diferentes pueden diferir bastante especialmente cuando los argumentos son de distintos tipo. Los argumentos en el Tractatus y las Investigaciones están raramente explícitos y a veces es incluso difícil reconocerlos como argumentos. Ambos trabajos, de diferentes maneras, intentan ayudar al lector a profundizar su entendimiento del lenguaje a través de una “representación más perspicua”. Nosotros señalamos que ambos trabajos estas “representaciones más perspicuas” implican que argüir sobre materias filosóficas no tiene sentido. No obstante, dadas las diferencias significativas en estilo y estrategias manifestadas en estos dos textos, resulta en que se dicen diferentes cosas con la idea de que una representación es “más perspicua”. Como consecuencia, decir que una argumentación filosófica es un desperdicio significa una cosa cuando se dice en el contexto del Tractatus, y algo totalmente diferente cuando aparece en el contexto de las Investigaciones Filosóficas. En este trabajo fundamentaremos esta posición. Arguments are everywhere in philosophy, but almost nowhere do they actually succeed in demonstrating conclusions, resolving differences, or any of the other things arguments are supposed to do. For Wittgenstein, arguing about philosophical matters was pointless. This conclusion follows immediately from his views on the nature of argument, the nature of philosophy, and argument’s place in philosophy. Even as his views on those subjects changed significantly, the conclusion appeared unchanged. However, since arguments partially define their conclusions, seemingly identical conclusions from different arguments may differ greatly, especially when the arguments are of entirely different kinds. The arguments in the Tractatus and the Investigations are rarely explicit, and sometimes hard even to recognize as arguments. Both works attempt in different ways to help the reader to a deeper understanding of language by way of “more perspicuous representations.” We argue that in both works, these “more perspicuous representations” imply that arguing about philosophical matters is pointless. However, given the significant differences in style and strategy manifested in the two texts, it means very different things to say that a representation is “more perspicuous”. As a consequence, to say that philosophical argumentation is pointless means one thing when said in the context of the Tractatus, and something different when placed in the context of the Philosophical Investigations. In this paper, we will support this view