This paper deals with the gap existing between the developed and underdeveloped countries where the former diffuse their technologies derived from principles that protect their own interest and which invade the underdeveloped countries markets thus transgressing a different reality with the consequent result of chaos, confusion and misery. To compensate for such a perverse distortion the paper postulates the need to set a new value on the human being and the right to work, the selection of socially suitable technologies and a move towards a social economy, pointing out that the market globalization needs a cultural counterpart.El artículo se refiere a la creciente brecha observable entre los países desarrollados y los subdesarrollados, donde los primeros difunden tecnologías derivadas de principios que resguardan únicamente sus propios intereses, e inundan los mercados de los países subdesarrollados, contraviniendo una realidad distinta a la de ellos, que sólo acarrea caos, confusión y miseria. Para compensar esta distorsión perversa, postula la necesidad de revalorar a la persona humana y el derecho al trabajo, seleccionar tecnologías socialmente apropiadas y propender hacia una economía social, señalando que la globalización del mercado necesita una contrapartida cultural.